Este emblema de la ropa deportiva masculina entra en el mundo laboral.
La chomba, mucho más cómoda que la tradicional camisa y corbata. Hay poca gente en las oficinas, cuando hay. ¿De qué sirve llevar camisa y corbata? Entonces, aparecen los jerseys, mucho más cómodos que la chaqueta y la corbata.
Dependiendo de la edad de la persona que la lleve, o de su ubicación, el uso de la chomba se puede interpretar como una declaración de rechazo a la moda, muy parecido a ponerse medias con sandalias.
La chomba original, "camisa de polo", llamada así porque nació en los campos de polo de la India, tenía mangas largas y un cuello abotonado para evitar que se moviera con el viento. (Curiosamente, esto no corresponde a lo que se llama una "camiseta", que es una camisa con cuello alto).
John E. Brooks, nieto de Henry Brooke, fundador de Brooks Brothers, los vio por primera vez mientras veía un partido de polo inglés. Los encontró tan interesantes que los incluyó en el catálogo de Brooke Brothers. Estas son las primeras camisetas con botones que se venden en los Estados Unidos. Luego vino Ralph Lauren, quien llamó a su línea de suéteres "Polo" e incluso les puso un logo con un jugador a caballo empuñando su bastón.
En Europa aparecieron las del francés René Lacoste, que no era jugador de polo sino campeón de tenis. Lacoste quería una camiseta que se pudiera usar en la cancha. Así que lo primero que hizo fue cortar las mangas y reducir el número de botones.
Luego de un partido de Copa Davis en Boston, un periodista estadounidense nombró a René Lacoste “The Alligator” en referencia a una apuesta entre el tenista y su entrenador por una maleta de piel de cocodrilo.
De este famoso apodo nació el primer y más icónico logo de la marca Lacoste, el cocodrilo, que fue diseñado por el artista Robert George en 1927.
“La camiseta de Lacoste fue luego copiada por Fred Perry, quien agregó la guirnalda de Wimbledon a su logo”, dice Peter Howarth, un consultor de moda que ha trabajado con Armani y Versace.
Howarth explica que los suéteres estaban evolucionando. Al principio estaban hechos exclusivamente de piqué de algodón, y ahora los diseñadores los hacen en todo tipo de tejidos, desde la seda hasta el cachemir. Y cada diseñador tiene su propia línea.